domingo, 3 de agosto de 2014

El alacrán


Cuando miramos al cielo la mayoría sólo alcanzamos a ver un cúmulo de estrellas desperdigadas sin ton ni son, sólo unos cuantos ilustrados son capaces de distinguir constelaciones, estrellas y otros objetos celestes, otros mucho solo somos capaces de encontrar la famosa osa mayor, menor (el carro) y la estrella Polar. Poco es el tiempo que dedicamos a mirar hacia arriba, pero las civilizaciones antiguas ya lo hicieron por nosotros, ya que la observación astronómica permitía medir el paso del tiempo y el comienzo de las estaciones.

Para hacerlo sólo tenían que apreciar como cambian las estrellas a lo largo del año y como transitan los planetas del sistema solar entre ellas, los cuales, debido a que todos giran en un mismo plano alrededor del Sol, siempre pasaban entre los mismos grupos de estrellas. De esta forma, imaginariamente agruparon dichas estrellas en constelaciones y surgió el Zodíaco.


Scorpio: Captura del Night Sky del móvil

Constelación de Orión

Aquello permitió dividir el año en doce constelaciones, que tomaron nombres de sucesos de leyenda, símbolos y animales, las cuales degenerarían más tarde en el horóscopo actual. Y aquí es donde entra nuestro animal de hoy: según el mito griego, Orión, el cazador gigante apadrinado por Zeus, se vanagloriaba de poder matar a todos los animales salvajes de la Tierra, pero Gea, la Madre Tierra, envió a un escorpión para detenerlo, matándolo con su picadura. En reconocimiento, Gea colocó la imagen del escorpión en el cielo de la noche asignándole una constelación (la de Escorpio) en persecución eterna a la constelación Orión. Ambas en extremos opuestos de la bóveda celeste, de manera que cuando Escorpio sale Orión se oculta en el firmamento.

Hasta aquí la cultura histórica salpimentada de leyenda, pero la realidad no es menos interesante. Lo primero que debemos saber es que el escorpión no es un insecto sino un arácnido, con sus ocho patas es un pariente directo de las arañas. Aunque lo que más nos cautiva de su anatomía es su aguijón y el temor a su picadura, y con razón, no en vano su veneno es un cóctel explosivo de toxinas, no todas ellas perjudiciales para el hombre, pero algunas pueden dañarnos irreversiblemente algunos órganos internos. Aquí también tenemos nuestro peculiar patrimonio popular en cuanto a métodos de curación por la picadura, por ejemplo, antiguamente se decía que para aliviar el dolor era bueno utilizar el aceite después de haber frito un escorpión. Sin duda, lo mejor es acudir inmediatamente al hospital para que se nos administre un suero antiveneno.

El alacán o Buthus occitanus, el escorpión más peligroso de nuestro entorno

No obstante, no todas las especies de escorpión tienen la misma potencia en su veneno, para esto hay una máxima que nos da la clave de cuán venenoso es el bichito, basada en las dos únicas armas que tiene el escorpión: el aguijón y las pinzas. Aquellos escorpiones que tienen un veneno potente poseen una cola robusta y unas pinzas más delgadas, y viceversa, un veneno más débil suele estar aparejado con unas pinzas gruesas con las que ejercer más fuerza en el ataque. Algunos de los escorpiones de color negro con grandes pinzas que vemos en las tiendas de animales y que tanto impresionan, no son mucho más peligrosos que una avispa, pero mejor no arriesgarse. En la península hay dos escorpiones autóctonos, entre los que se haya el alacrán (del árabe al ácrab), que se encuentra entre las familias más peligrosas (la familia Buthidae) aunque los hay mucho peores que él, su picadura causa un intenso dolor que puede durar unos días, aunque si pica a un niño el daño puede ser mayor.

Las fotos macros a 3 o 4 cm me dieron algún problemilla

Al margen de las armas bioquímicas, los escorpiones están equipados con un arsenal elementos sensitivos para capturar a sus presas. Poseen varios ojos, dos principales más desarrollados y cinco más a ambos lados de la cabeza, no obstante, pese al número de ojos su vista no el mejor sentido, aunque algunas especies pueden ver a sus víctimas incluso en infrarrojo. Debido a que sus hábitos son preferentemente nocturnos, han desarrollado muchísimo el tacto, y aunque no tienen oído, son capaces de percibir cualquier movimiento a su alrededor, una especie de sentido arácnido o “sexto sentido” que los advierte de cualquier presencia.

Buthus occitanus: Detalle de la cabeza, pinzas y pelos sensibles

Normalmente su táctica consiste en esperar en las proximidades de sus refugios a que las presas se aproximen, detectando cualquier vibración del aire y perturbaciones del entorno, por pequeñas que sean, mediante unos órganos sensoriales denominados tricobotrios, una especie de pelos sensibles situados en las tenazas. Además, poseen otras piezas exclusivas en la zona ventral semejantes a pequeños peines que arrastran por el terreno que actúan como sensores químicos del ambiente y receptores de vibración.

Normalmente lo sueles encontrar así, recogido, cuando levantas una piedra

Otro alacrán sorprendido bajo un trozo de madera no más grande que mi mano

Una vez la presa está cerca es atrapada con las pinzas, prácticamente no tendrá opciones de escapar pues el aprisionamiento es de una gran fortaleza, y con razón, los escorpiones utilizan las moléculas de hierro que van en algunos de sus alimentos para hacer cada vez más fuertes sus tenazas. En caso de resistirse demasiado utilizará su veneno para neutralizar a la víctima, pero entonces el escorpión necesitará tres semanas para reponer totalmente su veneno. Si durante esas tres semanas pica a una persona, no tendrá suficiente veneno que inyectarle, razón por la que algunos afortunados que han sido picados no han notado los efectos.

Muchas son las cosas que me dejo en el tintero: la danza nupcial del apareamiento entre escorpiones, donde la vida y la muerte se dan cita en un peligroso juego, pues los escorpiones son caníbales, o la investigación en el campo de la medicina curativa con el veneno de escorpión. Aunque no quiero dejar de mencionar un mito cruel que hay que desmentir: la creencia popular sostiene que si rodeamos un escorpión de brasas ardientes este se suicidará en su desesperación. Algo totalmente incierto y que debo reconocer haber presenciado una vez. Lo único que sucede es que el escorpión lanzará el aguijón en todas direcciones buscando a un inexistente enemigo que no puede ver y del que sólo percibe vibraciones. El escorpión simplemente muere por asfixia o por la temperatura, que además provoca el arqueo del cuerpo y la semejanza con una “autopicadura”, pero jamás podría inmolarse aunque quisiera, ya que es inmune a su propio veneno. Además tiene una gran resistencia al calor, y a veces simplemente permanece inmóvil haciéndose el suicida para salir triunfante cuando nos marchemos. En definitiva un sin fin de curiosidades de un animal que apenas ha evolucionado desde hace 360 millones de años, quizás porque tiene un diseño prácticamente inmejorable.


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El alacrán por Kamereon se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported. Basada en una obra en www.almabiologica.com.

1 comentario:

  1. El alacrán es una especie animal impresionante. Me parece muy importante el tema de la gente que dice que le pico un alacran pero que no le pasó nada por lo que creen que son resistentes a su ponzoña, cuando en verdad lo que ha pasado es que ya el alacran había usado su veneno y necesita tres semanas para reponerlo.

    iguana

    http://apuntes.infonotas.com/pages/biologia/animales.php

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