sábado, 5 de mayo de 2012

Café arcoíris


Llevamos unos días en los que lluvia y sol se alternan y mezclan como en una cafetería especializada, tan pronto tenemos café sólo, como expreso, con leche, cortado, americano…

No soy yo muy cafetero que digamos, pero en el lado meteorológico, hay una variedad que supera a todas en calidad, y ocurre cuando sale el arcoíris.

Estos días he observado alguno y mi inquieta mente se ha hecho una simple cuestión: ¿Por qué tiene forma de arco?, ¿por qué no son rayas verticales u horizontales?, ¿por qué no siempre lo vemos?

Por supuesto, la aparición de los siente colores aflora también de inmediato en este planteamiento, aquello de que la luz blanca está compuesta por otras de diferente color y cuando la hacemos pasar por un prisma se vuelve a descomponer.

Un prisma, un prisma… ¿quién ha tenido un prisma en sus manos alguna vez? En fin, la naturaleza tienes los suyos propios y las pequeñas gotas de agua de lluvia provocan en su interior fenómenos de refracción y reflexión que hacen que el rayo de sol se fraccione y “rebote” internamente volviendo hacia atrás.

Los haces azules de las gotas altas no llegan a la visión del hombre


En ese rebote y vuelta atrás de la luz cada haz de color adquiere un ángulo determinado, aspecto que no detallaré para no aburrir demasiado, y forma el orden característico del colorido arco.

Pero sigo sin la respuesta, y es aquí donde viene lo más curioso, pues el que veamos el arcoíris depende de nosotros mismos, sin nosotros no existiría. Sólo son rayos de colores que llegan a una zona determinada y para que se vean debes estar justo allí. Todas las gotas generan este fraccionamiento en haces de colores, pero las que están muy arriba o abajo no inciden con el ángulo correcto para que podamos verlas.

Este ángulo es siempre el mismo para cada haz de color (42º para el rojo y 40º para el azul), de forma que  sólo veremos los rojos en las más altas y así sucesivamente, formando una especie de cono cuyo vértice está en el punto de vista del observador (nosotros mismos). La base del cono es la cortina de agua en la que inciden los rayos de sol y de donde salen los rayos de colores, allí es dónde está el arcoíris. El arco no es más que ese trozo de círculo de la base cónica. De hecho, si el sol estuviese muy bajo parece que se podría ver, no un arco, sino un círculo completo, algo que personalmente no he visto nunca, y también, cuando hay un número mayor de reflexiones y refracciones internas en las gotas, dos y tres arcoíris superpuestos.

¿Qué hace falta pues para que se forme el arcoíris? Pues un poco de todo, como en esta vida: algo de sol un poco de lluvia y saber ver las cosas desde el punto correcto. Si nos ponemos mirando al sol y buscamos sólo la luz, la perfección, terminaremos cegados sin lograr ver nada, con un objetivo inalcanzable. Si nos acercamos a la tormenta demasiado, lo veremos todo negro, no saldremos de ella.

Hay que dejar el sol a la espalda y mirar cara a cara a la tormenta, todo depende, no del color cristal con que se mire como dice el refrán, sino del sitio desde el que lo hagas.

Así que, si quieres tomarte un café arcoíris en tu vida, busca y colócate con perspectiva en el sitio correcto, ya que sólo tú puedes hacer que éste se vea.

Arcoíris sobre Montequinto (Dos Hermanas)

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2 comentarios:

  1. Muy bueno el articulo pero, sobre todo, el final, muy bonito y profundo

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  2. Creo que el círculo completo no se puede ver, puesto que el sol tendría que estar tan bajo que sus rayos no podrían incidir en las gotas de agua, así que nos quedaremos con las ganas de ver un circoíris, :)

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