domingo, 17 de junio de 2012

Empusa, la mantis vampiresa



En 1897, Bram Stoker, un humilde escritor irlandés, realizó la que es actualmente una de las obras literarias más leídas de la historia de la humanidad: Drácula.

Stoker, influenciado por las historias de miedo que su madre le contaba de pequeño, eligió como protagonista de su relato a un personaje real del siglo XV: Vlad Draculea, un despiadado y sanguinario príncipe rumano que practicaba una extrema crueldad tanto con sus enemigos como con cualquier otro que le importunara. No obstante, pese a lo macabro de sus actos, Vlad nunca fue un vampiro, una licencia permisible en toda novela de ficción que se tomó Stoker, máxime cuando éste concibió su obra maestra después de toda una noche de alucinaciones provocadas por una indigestión de cangrejos.

Desde entonces, la concepción de los vampiros ha estado influenciada por la citada novela y su traslación al mundo del celuloide. Pero Stoker no sacó el vampirismo sólo de unos crustáceos mal digeridos, pues la existencia de “chupasangres” ha estado presente prácticamente en las leyendas de todas las culturas: en Mesopotamia se invocaba a los dioses para protegerse de los Utuhu y los Maskin, seres similares a los vampiros. En el antiguo Egipto y la India eran algunos de los propios dioses los que practicaban el vampirismo, Srun y Kali Ma (famosa en “El templo maldito” de Indiana Jones). En la América precolombina todas las civilizaciones tenían su propio ser de ultratumba, Pihuychen, Civatateo o Camazotz hacían de las suyas con la hemoglobina. Y así con otras muchas más civilizaciones.

En Europa las leyendas de los “adictos” al plasma sanguíneo tuvieron su auge en determinadas épocas del medievo, volviendo a resurgir siglos más tarde, aunque mucho antes, y como suele ser habitual, la mitología griega tenía también reservado su monstruo particular en este apartado: Empusa era un espeluznante ser de la antigua Grecia que tenía la capacidad de transformarse en distintos animales o bestias según su conveniencia, un supuesto poder que nuestro irlandés copió para trasladarlo a los vampiros modernos.

También era capaz de mostrarse bajo la forma de una bellísima mujer de ojos verdes con delicadas y atractivas formas. Otro elemento que la cultura vampírica moderna también ha replicado, pues cada vez que hay una vampiresa en una película se presenta como una mujer tremendamente atractiva e incluso sensual y atrayente, por la que cualquiera se dejaría morder. Dejando al margen el buen gusto de Drácula a la hora de escoger pareja, ésta es una facultad que al parecer las vampiresas explotan para atraer a sus víctimas. La propia Empusa gustaba de pasearse en las noches de luna llena enamorando a los jóvenes a los que bebía la sangre. Aunque cuando se transformaba en doncella lo hacía con una deficiencia, pues una de sus piernas era de bronce. Un complejo estético que chafaba sus planes cada dos por tres y de la cual era objeto de burla.
La clásica imagen de Vlad Tepes o Draculea
 (retrato de 1560). Prometo poner otra si
alguna vez  fotografío a un vampiro

Aunque siempre hay algo en lo que se fundamenta toda leyenda, empiezo a dudar de la existencia de tanto ser fantástico. Además es matemáticamente imposible, ya que, atendiendo a la norma de que todo el que es mordido se convierte en uno y que cada uno debe alimentarse al menos una vez al mes, los vampiros se duplicarían mensualmente y bastaría uno sólo de ellos para convertir en “no muertos” a toda la población mundial en menos de tres años (6.500 millones de personas, hagan la cuenta), es decir, ahora mismo no existiríamos. O simplemente esas no son las reglas vampíricas y he dejar el correspondiente hueco al mundo sobrenatural.

Empusa seguiría dando que hablar en siglos venideros, aunque por motivos bien distintos. En 1815, el naturalista sueco Carl Peter Thumber, descubrió al animal que nos ocupa hoy, un insecto perteneciente a la familia de las mantis, y al ver su rostro, no pudo más que pensar en el citado monstruo griego. Si a eso unimos que otras especies de mantis tienen por costumbre devorar esporádicamente a los machos amantes, la asociación de nombres venía como anillo al dedo.

Empusa pennata camuflada en la hierba seca

La Empusa pennata es una mantis muy abundante en las regiones cálidas de Europa, principalmente en España y Portugal. Es conocida también como mantis palo por su capacidad de mimetizarse con el ramaje y matorrales, presentando además en el abdomen extensiones o lóbulos que simulan hojas, efecto que puede apreciarse en una de las fotos adjuntas y que las hace muy difíciles de localizar. En su colorido suelen aparecer los tonos parduscos, aunque también se pueden apreciar los verdes e incluso los rosados.

Los machos de mantis presentan una especie de antenas "plumosas"

Su forma de vida es similar a la de la mantis religiosa, aunque en este caso su menor corpulencia las limita a presas de menor tamaño, sin embargo tiene mayores facultades voladoras, algo que Thumber dejó patente en el apellido de la misma, pues pennata significa eso mismo.

Su objetivo como en todo animal se centra en la procreación, es en ese momento cumbre donde la mayoría de las especies de mantis se comportan de manera peculiar una vez acabado el acto. Pero pese a la reputación que le confiere su nombre, la hembra de esta mantis no suele acabar de motu propio con su pareja salvo raras excepciones.

El problema realmente reside en los machos, que una vez cumplido el propósito de perpetuar sus genes y para completar la analogía esotérica de éste artículo, se lanzan a los brazos de su amada casi implorando un “muérdeme”, emulando así el éxtasis vampírico que exhiben las víctimas femeninas en toda película vampiresca que se precie. En realidad no es una mera cuestión de atracción, sino que el futuro padre ya vela ya desde ese momento por el estado de su incipiente progenie. Los machos simplemente se consideran a sí mismos como la fuente de proteínas más cercana para su mujer embarazada, y, a sabiendas de que nunca llegarían a conocer a su prole, llevarán al extremo aquello de dar la vida por sus hijos.


Publicado en Morón de la Frontera en octubre de 2008

Licencia Creative Commons 
Empusa, la vampiresa por Kamereon se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported. Basada en una obra en www.almabiologica.com.

No hay comentarios:

Publicar un comentario