domingo, 18 de noviembre de 2012

Milpiés, ciempiés, escolopendras y otras pesadillas del podólogo













Es un hecho comprobado como la propia naturaleza del hombre condiciona especialmente la opinión sobre su entorno. Ocurre con nuestros semejantes, de forma tal, que se discrimina a todo aquel que se aparta de determinados cánones por su condición social o por su aspecto físico. Esta misma percepción se traslada a los animales, ya de por sí morfológicamente distintos, y se hace aún más acuciante en aquellos casos en los que algún elemento estructural dista más de nosotros.

Uno de estos aspectos es el número de extremidades, pues mientras mayor número de patas tiene un “bicho” más repulsión suele causar. Los insectos con 6 ya producen cierto recelo, el siguiente escalafón con 8 patas es el grupo de las arañas, que provocan auténtico pavor a la mayoría de personas. Pero el primer puesto en el podium de la aversión lo ocupan los miriápodos, que con su incontable número de patas y su escurridiza forma no despiertan demasiados sentimientos de simpatía. Este recelo tiene además una base lógica, pues algunas de sus especies pueden causar algún que otro disgusto, algo que ha quedado impreso en el saber popular. Su propio nombre ya expone su peculiar característica: miriápodos (miria = diez mil, podos = pies), que es una pequeña exageración ya que jamás alcanzan dicha cantidad, aún así, son los animales con mayor número de extremidades del planeta.

Dentro de los miriápodos existen cuatro subclases con distintas costumbres y aspecto físico, todas de hábitos preferentemente nocturnos y que suelen pasar el día ocultas bajo piedras, cortezas y otros agujeros. Las dos que nos ocupan hoy son las más características de nuestra zona y han elegido una vida antagonista.

Por una parte los diplópodos (milpiés), de hábitos vegetarianos y costumbres sosegadas, cuyo mayor representante por esta zona es el Julus terrestris, conocido también como cardador o arador. Tienen forma cilíndrica, compuesta por un número de segmentos variable que va aumentando durante su vida, ya que nacen sólo con siete anillos. Tienen dos pares de patas ventrales en cada uno de ellos a partir del séptimo. El Julus de la foto tenía 52 segmentos por lo que en total poseía 194 extremidades, en este caso, el sobrenombre de milpiés también le quedaba un poco grande.

Cardador (Julus terrestris) de 7 cm de longitud

Con tantas patas cabe pensar que es un animal muy veloz, pero la realidad es que tiene que hacer un gran esfuerzo de coordinación para no trastabillarse. Para evitarlo los pies se mueven mediante una onda de movimientos de forma que sólo un pie de cada ocho está en contacto con el suelo, algo similar a hacer la ola en el fútbol. La huída no es pues su fuerte, y a la menor oportunidad en que es molestado se enrolla en espiral con la cabeza en el centro confiando en su coraza con incrustaciones calcáreas, lo que lo convierte en una especie de armadillo en miniatura. Para terminar de convencernos de que no es un buen manjar, es capaz de secretar sustancias de olor pestilente que además pueden provocar pequeñas dermatitis cáusticas, no obstante, en las especies de estas latitudes no son peligrosas para el hombre.

Detalle de las patas del Julus terrestris

Por otro lado se encuentran los quilópodos (ciempiés), de movimientos rápidos e implacables cazadores, con la Scolopendra cingulata como ejemplo característico de la fauna moronense, popularmente llamada sardineta o simplemente escolopendra. Los ciempiés son aplanados y siempre tienen un mismo e impar número de segmentos a lo largo de su vida, en el caso de la cingulata son veintiuno, con un par de patas en cada uno de ellos y una disposición lateral de las mismas que les proporciona gran agilidad. Cuando se ve sorprendida, la táctica de la escolopendra en primera instancia es escabullirse, evitando cualquier enfrentamiento, pero no conviene importunarla demasiado y mucho menos tratar de cogerla con la mano, ya que las dos primeras patas pegadas a la cabeza están modificadas en forma de gruesas garras venenosas (quilo = garra) denominadas forcípulas, y podría morder cuando se vea acosada.

Scolopendra cingulata

Scolopendra cingulata de 12 cm de longitud

Esto es algo que no conviene olvidar, ya que además de un dolor intenso en la zona, inflamación, sensación de quemazón y necrosis superficial que puede durar de una a tres semanas, puede provocar a veces cuadros clínicos de fiebre y escalofríos. Por lo tanto cuidado al levantar piedras en el campo, ya que no sólo hay que temer a los escorpiones. Lo mejor en caso de sufrir el percance es acudir al médico, que nos pondrá un tratamiento con un cóctel de corticoides y antihistamínicos, así como aplicar hielo o compresas frías en la zona afectada y tomar algún analgésico para el dolor. Afortunadamente, estos casos son poco frecuentes, y tenemos la ventaja de no encontrarnos en un país tropical, donde las escolopendras duplican en tamaño a las aquí conocidas y pueden provocar incluso la muerte.


A pesar de esto los ciempiés son unos animales beneficiosos, ya que con sus capturas contribuyen a regular el número de otros insectos más perjudiciales para el cultivo, manteniendo el equilibrio biológico natural del entorno. Gusanos y todo tipo de insectos son presas fáciles para los quilópodos, incluso pueden llegar a enfrentarse a escorpiones y arañas, con los que intercambian alternativamente el papel víctima y depredador en función del tamaño de cada uno.

La Scutigera coleptrata es tan rápida que puede atrapar moscas

Los milpiés a su vez realizan una labor de transformación de la materia vegetal en descomposición en el humus o mantillo, aunque no desdeñan la carroña si se presenta la oportunidad. No obstante, pueden entrar en conflicto con el hombre, ya que a veces devoran los brotes tiernos de las plantas. En estos casos el exterminio no es la solución, basta con utilizar rodajas de patata a modo de cebo para mantenerlos ocupados y alejados de las plantas.

Cardadores debajode una piedra

Éstas son sólo algunas de las muchas curiosidades de estos auténticos convoyes con patas, bajo cuya peculiar anatomía se extiende un sinfín de especies por toda la tierra, que van desde diminutas variedades juleiformes y de quilópodos (lithobius de 15 segmentos) de menos de 1cm que viven en las macetas de nuestras casas, hasta milpiés gigantes de 30cm de longitud gruesos como un pulgar y mortíferas escolopendras en las zonas selváticas. Una primitiva forma de vida que apenas ha evolucionado desde los orígenes de la vida animal, no en vano los miriápodos fueron los primeros habitantes terrestres de nuestro planeta.

El Himantarium gabrielis alcanza casi los 20 cm de longitud

El Himantarium gabrielis tiene 340 patas


Licencia Creative Commons
Milpiés, cienpiés, escolopendras y otras pesadillas del pódologo por Kamereon se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported. Basada en una obra en www.almabiologica.com.




15 comentarios:

  1. muy, pero muy interesante !

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  2. Muy bien explicado y documentado, me ha sido muy util la informacion.

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    1. Muchas gracias!!! Con comentarios así te garantizo que habrá más entradas

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  4. Muy buena tu documentacion sobre todo al diferenciar las de nuestras macetas con las que encontraremos en el campo . Gracias por tu ayuda

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  5. Wao un cienpies tiene mi nombre caso completo (gabrielis) Que chulo

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  6. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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    1. Le he dado sin querer a eliminar el comentario de este último lector. Decía que le
      Habían picado dos veces. Yo he tenido la suerte de que no lo hagan pues es bastante doloroso, lo único una vez de crío que se me subió un ciempiés por la mano al levantar un ladrillo. Era muy niño, 3 o 4 años, y el susto fue enorme

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  7. vivo en Tapachula, chiapas, mexico. una zona con una humedad estrema y hace dos años empezaron a llegar a mi hogar y caen al tanque de agua que se utiliza para lavar ropa, trastos, etc. lo malo es que apestan el agua y debo vaciarlo y tirar el agua casi cada dos dias. me gustaria saber que puedo hacer para exterminarlos... estoy volviendome loca... gracias.

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  8. gracias por su importantisima informasion la verda es horrible encontrarse con un gusano asi yo solo lo encontrado dos veces y hoy me di un susto horrible pues estaba en mi cosine dentro del fregadero por suerte lo pude atrapar con un papel toalla y depositarlo en un pomo pues quieria mostrarcelo al fumigador cuando vicite mi casa porque me han dicho que son peligroso y venenosos lo cual no lo sabia pero gracias por su relato muy interesante yo vivo en Miami y cuando esta muy humedo y la temperature esta bastante alta y demasiado calor es cuando vienen estamos pasando por mucho calor este ano espero el imvierno llegue pronto gracias de Nuevo por compartir su inf.att:Isa...

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  9. yo tengo una philodendron llena de esas cosas horrendas y nesecito matarlas ayuda

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