sábado, 21 de septiembre de 2013

La abeja melífera

Hace unos 8.000 años, nuestros antepasados, imitando quizás a otros animales como los osos, descubrieron en las colmenas silvestres una dulce y nutritiva fuente de alimento adicional a sus precarias dietas. De esta actividad se tiene constancia por la existencia de pinturas rupestres, y posteriormente por papiros que demuestran como en el antiguo Egipto ya se había conseguido “domesticar" a las abejas para la obtención de miel. Hasta el descubrimiento de América y de la caña de azúcar, aquel fue el único edulcorante conocido en el viejo continente y buena parte del mundo.

No fue ese el único hallazgo y otros productos de las abejas comenzaron a utilizarse con el transcurso del tiempo, proliferando la aparición de colmenas más fáciles de manipular diseñadas por el hombre, con las que la apicultura experimentó  un auge extraordinario.

domingo, 8 de septiembre de 2013

El hombre de las cavernas


A 10 ºC, como salida de la nevera, si hago caso al chaval que me hizo el comentario mientras llegábamos al lago turquesa en el que desemboca el torrente que sale de la Cueva del Gato.

Hecho que comprobé directamente, pues no pude evitar el meterme en el mismo y nadar unos pocos minutos hasta que mi escasa capacidad de resistencia al frío decidió encender todas las alarmas. Al mismo tiempo, el mencionado chaval y otros cuantos más, saltaban al lago desde una altura que en alguno de los casos no sabría ni como calificar.

Ha sido un año más en el que me invento mi propio turismo, ya sacaré tiempo para playas y otros aspectos urbanitas. Tomando como centro de operaciones y campamento base Morón de la Frontera, este año decidí viajar a la prehistoria, y cual hombre del neolítico he recorrido todas aquellas cavernas y oquedades que me han permitido el tiempo, la climatología y la distancia. No ha habido excepción, desde macrocuevas, hasta otras en las que he tenido que entrar gateando.

domingo, 1 de septiembre de 2013

La langosta egipcia


Éxodo 10,12 «Yavé, entonces, dijo a Moisés: “Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto para que venga la langosta y devore toda la hierba del campo, todo lo que quedó después del granizo.”»

Éxodo 10,13 «Moisés extendió su bastón sobre el país de Egipto, y envió Yavé un viento del oriente todo aquel día y aquella noche.»

Y, aunque Moisés no siguió al pie de la letra las instrucciones de su dios, ya que extendió su cayado en vez de la mano, sucedió que: