sábado, 6 de octubre de 2012

La viuda negra europea


En el verano de 1830, la localidad tarragonesa de Plá se veía asolada por los envenenamientos producidos por las picaduras de arañas. Fue tal la profusión de los dolorosos desencuentros con los arácnidos, que la Academia Real de Medicina y Cirugía de Barcelona se interesó por la anormal situación y creó una comisión para investigar el asunto, enviando a dos de sus miembros a determinar la causa exacta de la epidemia.

El caso es que los dos investigadores elegidos no estaban ni mucho menos versados en conocimientos de aracnología, y antes de partir llevaban ya una idea preconcebida de lo que allí podía pasar, dejando correr su imaginación por la senda de terribles y mortíferas tarántulas. Esta idea estaba a su vez cimentada en una enfermedad muy común por aquella época, el tarantismo, que supuestamente era causada por la picadura de la tarántula (Lycosa tarantula), de la cual ya hablamos en una ocasión por encontrarse también presente en nuestros alrededores, y que, supuestamente, se curaba bailando al son de la tarantela.

Ese era el pensamiento que los dos emisarios tenían marcado en su mente y que ratificaron aún más cuando llegaron a la escena de los acontecimientos, pues los enfermos examinados presentaban los síntomas de la citada dolencia: rigidez muscular, taquicardias, arritmias y otros nada deseables cuadros clínicos. A partir de ese momento el diagnóstico estaba ya sentenciado y no hubo lugar a un examen más exhaustivo, lo único que se les ocurrió fue iniciar una chapucera campaña de prevención contra todo tipo de arañas en general. A su vuelta, como prueba constatable de lo acontecido, llevaron un frasco repleto de arañas conservadas en alcohol, que según su “experto” juicio eran todas tarántulas venenosas.

Como era de esperar, el resultado de la investigación no fue precisamente del agrado de la Academia, y la falta de rigor científico demostrado por los dos miembros de la comisión llevó a la misma a solicitar los servicios de un renombrado profesor de zoología, Mariano de la Paz Graells. Éste analizó el bote de arañas y no encontró ni una sola tarántula, aunque sí le resultaron sospechosos varios ejemplares de Latrodectus, una araña no demasiado conocida por entonces pero que a la postre sería considerada como una de las más venenosas: la viuda negra. Graells fue pues uno de los primeros científicos en descubrir la peligrosidad de esta araña y en liberar de responsabilidades a la tarántula.

Viuda negra europea o L. tredecinguttatus (foto Wikipedia)

Estátua a Mariano de la Paz  Graells

Pietro Rossi, un naturalista italiano que descubrió y describió a la viuda negra europea (Latrodectus tredecinguttatus), también había comprobado años antes como la tarántula no era en realidad tan peligrosa. Para hacerlo utilizó el consabido método experimental de ensayo y error: hizo que una tarántula mordiese en un pie a un campesino dormido, para verificar posteriormente los síntomas de dicha acción sobre el involuntario colaborador, el cual, al margen de un soberano enfado, “sólo” sufrió un fuerte dolor local, desvanecimientos y ligeros delirios.

Así fue como la latrodectus, cuyo nombre significa en griego cautiva que muerde, se hizo más conocida, y la enfermedad del tarantismo se convirtió en el latrodectismo, como debía ser desde el principio. El sobrenombre de viuda negra le llegaría más tarde, debido a su color negro y a la costumbre a comerse a sus “esposos” una vez consumado el apareamiento. La reproducción se convierte así en una ceremonia heroica del macho que, tras acercarse con sumo cuidado, utiliza un delicado hilo rizado para atar "simbólicamente" las patas de la hembra con suavidad, una especie de juego amoroso que le permite no ser engullido antes de tiempo por una hembra que es 30 veces más corpulenta que él, aunque si ella quisiera podría romper las ataduras fácilmente. Pero lo realmente cierto es que es el propio macho el que se ofrece como alimento para asegurar una buena puesta de huevos, aunque en otras ocasiones prefiere escapar, si le dejan.

Una semana después la hembra realizará una puesta de casi dos mil huevos, de los que no todos los arácnidos llegarán a la fase adulta, salvo en ciertas ocasiones en las que la climatología y la abundancia de insectos hacen que su número prolifere desmedidamente. Esto fue lo que pasó en 1830 y años venideros (1834 y 1841),  provocando los acontecimientos descritos al inicio de este texto.

Afortunadamente la viuda negra europea no es tan peligrosa como su pariente americana (Latrodectus mactans), que ocasiona muchos más incidentes peligrosos y tiene un veneno es quince veces más potente que el de una cobra. El veneno de ambas arañas es una neurotoxina, es decir, ataca al sistema nervioso buscando los puntos donde los nervios se unen con los músculos provocando el agarrotamiento de los mismos. Ante esto los insectos que caen en su tela de araña poco tienen que hacer cuando son picados. 


Latrodectus sp. de Argentina
(foto cedida por Hernán Augusto Iuri)

El respeto que infringen estas arañas es tal que otra especie ha imitado su forma para aprovecharse de ello, sólo que en vez de tener los trece puntos rojos de la tredecinguttatus (eso es lo que significa su nombre) o las llamativas marcas rojas de las latrodectus, posee una franja roja que rodea el abdomen y por supuesto no es venenosa.

Una foto mía de Steatoda paykulliana o falsaviuda negra

Hoy en día los casos de envenenamiento por picadura son muy esporádicos en nuestro país y además existen sueros antiveneno bastante desarrollados, que curiosamente se obtienen inyectando en un caballo el veneno de una araña y extrayendo del mismo el suero, pero incluso hay que tener cuidado con la dosis de suero inyectada al paciente, pues un exceso puede provocar una reacción alérgica (anafilaxia) que puede llevar al enfermo a la muerte.

Lo más curioso es que las investigaciones con el veneno de esta araña parece que serán muy provechosas para la industria farmacéutica: una vacuna que destruye la placa bacteriana y que erradicaría las caries, un anticonceptivo que provoca inmovilidad del esperma, incluso se plantea como una alternativa a la actual viagra, descubrimiento este último realizado por ser ese uno de los efectos secundarios de su picadura.

Latrodectus sp. de casi 4cm
(foto cedida por Hernán Augusto Iuri)

Hay otras muchas curiosidades relacionadas con este arácnido, como los métodos de curación utilizados por distintas culturas mediterráneas, que a veces, más que sanar, acababan con la vida del pobre desdichado: meter en un hoyo calentado con una hoguera al enfermo dejando sólo la cabeza fuera, o en un horno para que sudara, incluso la ingesta de batidos repugnantes que no voy a describir, no eran precisamente el mejor remedio curativo. Sin embargo,  lo que me ha dejado más sorprendido de todo fue saber que esta araña campa a sus anchas por nuestra región, por fortuna nunca me he topado con una, pues no son excesivamente frecuentes y además prefieren ocultarse antes que atacar, no obstante, a partir de ahora tendré bastante más respeto cuando me tope con una tela de araña.

Publicado en Morón en enero de 2008

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La viuda negra europea por Kamereon se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported. Basada en una obra en www.almabiologica.com.

7 comentarios:

  1. Hoy he salvado una de morir bajo el tractor..

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  2. Aquella vez fue cerca del El Tormillo y la he vuelto a ver en su tela en la rama rota de una encina cerca de Monesma. Provincia de Huesca

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  3. Los casos de muerte por Latrodectus mactans en Argentina no son demasiado frecuentes (además de viuda negra también la llaman "araña del lino"). Si los sujetos afectados no son inoculados con el antídoto a la brevedad mueren a las 12 horas, más o menos. Al poco tiempo los síntomas son un fuerte dolor en el dedo gordo del pie cuando se lo oprime, y a las pocas horas una fuerte angustia y sensación de muerte inminente. Se encuentran normalmente en los campos de lino y entre la leña recogida para los hogares. Pero acá tienen un sola mancha roja circular perfecta en el lomo.

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  4. Y si las manchas no son rojas sino ocres? Será también una viuda negra? Estamos en el pirineo navarro y hay unas cuantas de estas entre las leñas almacenadas para el invierno...

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  5. Y si las manchas no son rojas sino ocres? Será también una viuda negra? Estamos en el pirineo navarro y hay unas cuantas de estas entre las leñas almacenadas para el invierno...

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