La región griega de Lerna, ubicada al sur de la península del Peloponeso, era conocida antiguamente por ser una zona de numerosos manantiales de propiedades curativas y bien consideradas por los griegos, no en vano esta cultura fue la que mayor pericia alcanzó en el uso de aguas terapéuticas.
Pero legendariamente la zona albergaba también otros siniestros secretos, pues se suponía que uno de los lagos que la conformaban, el Alcíone, constituía una de las puertas al inframundo, el infierno griego denominado Hades. Entrada que a su vez estaba custodiada por un mítico monstruo con forma de serpiente y nueve cabezas: la Hydra de Lerna.