Resulta curioso descubrir el origen del nombre de los animales. En muchas ocasiones el nombre deriva de su forma o a sus hábitos, en otras obedece al bautizo de su descubridor, pero los realmente interesantes son los que tienen su origen en la leyenda o el mito. La araña es uno de estos últimos.
El vocablo araña proviene de la leyenda de Aracné: Aracné era una hábil tejedora griega que en cierta ocasión alardeo de tejer incluso mejor que la diosa de las artes (Atenea). Aracné retó a Atenea a un concurso de tapices, y en su tapiz no se le ocurrió otra cosa que ridiculizar a los dioses, especialmente a Zeus (el padre de Atenea). La diosa, enfurecida, tocó a Aracné con su lanza y
ésta experimentó un grave sentimiento de culpabilidad que la llevó a intentar suicidarse, pero, cuando aún está colgada, la diosa la condenó a pasar el resto de la eternidad tejiendo, transformándola en la primera araña.
ésta experimentó un grave sentimiento de culpabilidad que la llevó a intentar suicidarse, pero, cuando aún está colgada, la diosa la condenó a pasar el resto de la eternidad tejiendo, transformándola en la primera araña.
Esto dice la leyenda, la versión científica nos revela que pertenecen a un amplio grupo de animales que surgieron hace 300 millones de años, antes incluso que los dinosaurios, caracterizados entre otras facetas por tener ocho patas, un par más que los insectos. Una familia en la que son primos hermanos de escorpiones, garrapatas y ácaros, y que junto a alguna especie más constituyen el grupo de los arácnidos.
Dentro de la arañas hay una enorme variedad de especies que utilizan las más diversas estrategias para sobrevivir. Existen arañas que tejen telas geométricas, las hay que son cazadoras y persiguen a sus presas, algunas utilizan los hilos de seda a modo de lazo o látigo pegadizo y otras son capaces de cazar bajo el agua.
Pero por mi tierra hay una muy curiosa especializada en excavar una galería, cuya entrada cubre con una compuerta que se mimetiza perfectamente en el terreno y que cierra herméticamente la guarida. Su táctica consiste en tender una emboscada, permaneciendo a la espera hasta que un confiado insecto pase cerca y roce la puerta. Entonces, súbitamente aparecerá la araña para atraparlo y arrastrarlo a su túnel, igual que si saltase el resorte de una trampa. La tapadera está sujeta al túnel por uno de los bordes, unión que hace las veces de bisagra de modo que la puerta se cierra sola igual que una trampilla.
Una compuerta perfectamente cerrada que da al tunel |
El túnel está forrado de seda por dentro de manera que aísla a la araña del terreno y del agua, y es ampliado a medida que ésta crece. También puede tener una segunda vía de escape con compuerta incluida, que hace las veces de salida de emergencia. Una hembra puede pasar toda su vida sin necesidad de salir al exterior, ya que es el macho quién vendrá a buscarla a su debido momento para procrear. Llegado ese momento resulta que son unas magníficas madres y no dejan a sus crías al destino, sino que cuida de ellas dentro de la guarida hasta que son capaces de valerse por sí mismas.
La comunidad está bastante concurrida como se puede ver |
Abierta la compuerta, podemos hacerla salir introduciendo una ramita, con cuidado de no hacerle daño, que la araña morderá y agarrará con fuerza, puede que no la suelte y consigamos sacarla y entonces nos sorprenderemos de su tamaño, pues las hembras tienen un compacto tamaño de unos 3 o 3,5 cm sin contar las patas. Pero cuidado con sus colmillos, ya que aunque no es potencialmente venenosa para el hombre como otras que ya hemos visto, no creo que resulte agradable su mordedura.
Una imponente Iberesia machadoi o araña trampera |
La araña vive a unos 35 cm de profundidad en un auténtico bunker que parece inexpugnable, en el que cualquier osado animal que se atreva a entrar será recibido con un par de potentes mandíbulas. Sin embargo, nuestra amiga tiene un enemigo que le tiene bien tomada la medida: Existe un grupo de avispas que se ha especializado en cazarlas. Son de color negros y rojizos y las podemos ver correteando por el suelo. Estas avispas son capaces de forzar sutilmente la entrada y paralizar a la araña con su aguijón. El caso es que no las cazan para comerlas, sino que excavan un agujero o utilizan el ya existente para emparedar a la todavía viva araña y poner sobre ella los huevos de sus crías, que más tarde se alimentarán de nuestra maltrecha protagonista.
Las especies de este tipo de avispa se denominan pompílidos, un archienemigo letal al que debe temer ésta y otras muchas arañas, y del que daré cuenta en una segunda parte en la que veremos como el temible arácnido cazador caerá en el peligroso engaño de esta avispa anestesista.
Escrito en junio de 2005 en Morón de la Frontera
La araña trampera por Kamereon se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported. Basada en una obra en www.almabiologica.com.
Escrito en junio de 2005 en Morón de la Frontera
La araña trampera por Kamereon se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported. Basada en una obra en www.almabiologica.com.
En el centro de visitantes de La Rocina, cerca de El Rocío, presencié el ataque de un pompilido a una araña. Fue bastante impresionante.
ResponderEliminarBuenas Julio, como siempre atento a mis historias....
EliminarYo tengo un reportaje completo de un pompílido asaltando la madriguera de una araña trampera, en cuanto tenga tiempo lo subo. La avispa termina engañando a la araña hasta picarle, te aseguro que la araña era bien gorda (como la de la foto). No recuerdo si estuve como hora y media o así viendo el proceso completo.
Saludos
Hola Kamereon. Podría pasarme el enlace?. Estaría muy interesado en ver ese reportaje... me fascinaría=) Un saludo
EliminarPerdón por la tardanza en responder;
Eliminarhttp://www.almabiologica.com/2013/11/el-pompilido.html?m=1
No me gustan las arañas ni conozco mucho sobre ellas pero, que intteresante animalito y su manera de cazar, sobre todo éstas tapaderas. Impresionante
ResponderEliminarEn el campo de mi suegro hay unas cuantas y siempre que voy trato de buscarlas y mas de una he sacado, son impresionantes. En una ocasión incluso saqué una hembra que traía colgando detrás el saco con los huevos.
ResponderEliminarSiempre devueltas en perfecto estado a sus madrigueras, para que el día de mañana mis nietos también puedan experimentar el ver a estas arañas en su propio hábitat.
me haria el favor de indicarme el lugar de su localicacion?
ResponderEliminarmuchas gracias