jueves, 1 de agosto de 2013

Mutílidos: avispas matavacas


Justin Schmidt es un reputado entomólogo de la Universidad de Arizona que ha enfocado sus estudios a los himenópteros de todo el mundo (hormigas, avispas y abejas), analizando todo lo concerniente a ellos: alimentación, estrategias de depredación y defensa, comunicación química, etc… toda una eminencia en la materia.

Aunque he de reconocer que aún no he leído sus publicaciones, hay una faceta suya que ha capturado mi atención, pues lejos de quedarse en la parte técnico científica, tuvo ese ligero punto de locura e implicación que lo ha diferenciado de otros colegas de su profesión.

Supongo que, acostumbrado a manipular este tipo de insectos, sufriría innumerables picaduras a lo largo de su vida, así que, en lugar de recibirlas sin previo aviso, decidió programarlas y medir el dolor que éstas suponían. Para conseguirlo dejó que le picasen una a una distintas especies hasta catalogar un total de 78 animales, no venenosos aunque sí dolorosos, 41 de ellos himenópteros, para experimentar y describir un efecto tan subjetivo como es el dolor.

A cada picotazo recibido, Schmidt describía la sensación asemejándola a situaciones semejantes de dolor. Además las puntuó de 0 a 4, creando lo que se denominó el Índice de Schmidt del dolor.

Los dos primeros puestos  del ranking están ocupados por ejemplares exóticos de las selvas americanas: la hormiga bala con un 4 plus en primer lugar, a continuación la avispa cazatarántulas con 4 puntos, sorprendentemente el tercer puesto estaba ocupado por un conocido nuestro, la típica avispa papelera, con una nota de 3.

Por más que he buscado sólo he podido encontrar los diez primeros puestos de la lista y no he conseguido hacerme aún con el resto. Por ello, no sé si Scmidt incluyó o dejó pasar adrede a un pequeño himenóptero que tiene fama de ser el más doloroso de Europa.

Se trata de una pequeña avispa tremendamente singular. Suele pasar desapercibida, pues su fisonomía es similar a la de una hormiga, sólo que con numerosos vellos, de hecho esta avispa no tiene alas y anda correteando por los suelos, razón que hace que se la conozca también como hormiga aterciopelada.




Va en busca de nidos de avispas o abejorros en los que deja sus huevos, que más tarde devorarán a las ninfas originales de dichos nidos. Es de suponer que los habitantes del panal se defienden ante esta circunstancia, pero el mutílido posee un cuerpo muy duro que junto a sus vellosidades hacen que cualquier aguijonazo de otras avispas resbale sobre él. Si bien es cierto que no he podido comprobar este hecho visualmente, si es verdad que la primera vez que me encontré con este animal e intenté cogerlo, incauto de mí, resbaló entre la yema de mis dedos escurriéndose una y otra vez. No pude atraparlo, aunque si conseguí que subiera por mi mano…


Lamento quizás decepcionar a algún que otro lector, pues, a pesar de mi ignorancia sobre ella en aquel momento, la pequeña avispa no llegó a picarme. Tampoco pretendo hacer honor al apellido Schmidt, y mi índice particular del dolor sólo incluye de momento a los tábanos, las abejas, además de un tabarro de los que anidan en el suelo y que me tuvo un dedo hinchado una semana, todos ellos diría yo que por debajo del 1.
Una de las picaduras de las avispas papeleras en mi hombro

Eso sí, coincido con Schmidt en aupar al podio del dolor a las avispas, especialmente en un triple ataque experimentado al irrumpir sin saberlo cerca de un nido. Ese fue efectivamente el más doloroso de todos, puede que motivado por la defensa de sus crías, y tuve que salir a la carrera sin saber de dónde me habían caído todos aquellos ataques en picado en menos de un segundo.

Otra especie de mutílido distinta a la anterior

Respecto al pequeño mutílido, hay que reseñar que recibe además el sobrenombre de matavacas por el dolor extremo que puede causar al ganado. Así que, a pesar de mi habitual implicación experimental en los artículos, voy dejar de momento el catálogo de picaduras exento de éste y cualquier otro animal.


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2 comentarios:

  1. Estoy decepcionada, vuelve a buscarla y hablanos del dolor con conocimiento de causa ;)

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    1. Sí como en Rocky IV: "No hay dolor, no hay dolor..."
      Ummm, no me veo Trini. Ni Schmidt ni Balboa por el momento

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