sábado, 15 de septiembre de 2012

La canción del verano: grillos

El verano es el momento en el que el mundo de la canción hace, valga la analogía, su agosto. En esta fecha multitud de cantantes, unos con más talento que otros, anuncian de viva voz sus melodías de estribillos pegadizos a los que nuestra mente suele sucumbir irremediablemente.

La causa reside en que el cerebro humano está diseñado para la música, el propio lenguaje es una forma de música, la entonación, el ritmo en la pronunciación, hacen que en realidad se hable de forma melodiosa, de lo contrario pareceríamos auténticos androides. La música incluso fortalece las interconexiones neuronales del cerebro, potenciando la capacidad mental y el aprendizaje, sobre todo en los bebés.

Es cierto, nuestra mente es simple y reacciona a los ritmos iterativos, de hecho muchas de las culturas antiguas utilizaban y aún usan las vibraciones repetitivas para sanar determinados males o entrar en trance.

Pero volviendo a la canción del verano, a estas alturas del año existen una pequeñas criaturas que aguardan impacientes su momento estelar en las noches estivales. Así, cuando llega el momento, los grillos hacen su aparición cual operación triunfo se tratara, no en vano se trata de una verdadera competición entre los machos por conquistar a la hembras. Los insistentes amantes cantan con ardor para enamorar a las féminas, algo habitual en muchos animales, incluido el hombre, o acaso no es lo mismo el lenguaje y las palabras que se utilizan para cautivar a una mujer, en ambos casos podríamos decir que quizás no importe tanto que el “grillo” sea más o menos atractivo, sino lo bien que “cante”. 


Una vez la hembra descubre a su auténtico romeo cantor, la elección ya estará hecha, el resto de grillos solistas seguirá insistiendo, sin embargo deberán buscar ya con otra doncella libre. Aunque, en realidad, más que cantantes son músicos instrumentales, pues el sonido lo producen al frotar un ala con el nervio principal de la otra, como si de un violín se tratara. Lo curioso es que no poseen oídos tal y como nosotros los concebimos, pues sus órganos timpánicos están situados en la base de las tibias. 

El caso es que su repetitivo sonido no sólo es apreciado por las hembras, sino que también resulta un placer es en algunos países. Por ejemplo para los chinos, donde el grillo es considerado animal de buena suerte desde tiempos inmemoriales y se acostumbraba tener uno en casa como mascota dentro de una jaulita a medida. Hubo incluso un emperador de China al que se le conoció como el Emperador Grillo. Durante su reinado este insecto se convirtió en su tributo preferido, por lo que sus súbditos los hacían llegar a miles a palacio a lo largo del año. No logro imaginar el caos acústico que podía ser aquello, miles de grillos compitiendo entre sí por llamar la atención de las hembras, ciertamente el emperador debía tener una alta estima a este insecto, o una sordera de campeonato. La obsesión fue tal que se escribieron tratados sobre como cuidarlos, sobre sus enfermedades y alimentación, etc., además de existir veterinarios especializados en ellos.

Más tarde, los chinos empezaron a entrenar a estas mascotas e inventaron las peleas de grillos, entretenimiento que llegó a adquirir la misma popularidad que el fútbol actual. Pero claro, eso fue hace unos mil años. Hoy en día, a pesar de estar prohibidas, se siguen practicando en los callejones de muchas ciudades entre el clamor de las apuestas. El grillo que se suele utilizar en las mismas es el denominado grillo campestre, el típico grillo de color negro intenso que podemos ver a veces en nuestras calles.

Un grillo campestre (Gryllus campestris)


Al margen del grillo campestre, y, aunque son varias las especies que campean en nuestra región, en el interior de la ciudad sólo se suele ver a otro más: el grillo doméstico (Acheta domestica), más pequeño y de color más claro, que no debemos confundir con la hembra del citado grillo negro, sino que es una especie totalmente distinta.

En cuanto a su modo de vida, hay que decir que los grillos son omnívoros, capaces de comer casi cualquier cosa para alimentarse, lo cual es una ventaja competitiva frente a otros animales. El grillo campestre es más silvestre, gusta más de la naturaleza en la que excava túneles para vivir, el doméstico en cambio se ha habituado a vivir con el hombre y sólo lo hace al aire libre en pleno verano, cuando las temperaturas son altas.
La cola en forma de aguja (oviscapto) para
poner huevos  indica que es una hembra

Por nuestra zona el grillo no tiene un estatus excesivamente elevado, simplemente está ahí, el problema surge cuando se nos cuela alguno en casa. Su sonido se amplifica en el interior de la vivienda y puede resultar un auténtico incordio a la hora de dormir, intentar localizarlo es casi una misión imposible pues puede estar en cualquier pequeña oquedad. Es por ello que quizás hemos olvidado lo relajante que puede ser escuchar su sonido de noche en plena naturaleza, pero para la próxima vez recuerde que, si no puedes vencerlo, relájate y disfruta... si es que puedes.


PD: He dejado para el final el vídeo del grillo que me ha tenido en jaque los últimos seis días dormir hasta que lo he localizado

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