A principios del siglo XIII se fundó en Salamanca la primera universidad de España (en aquella época Reino de Castilla), que también fue una de las primeras del mundo, la octava para ser concretos. Por aquel entonces la sabiduría acumulada siglos atrás fue separada: de un lado quedó el saber consagrado de las ciencias más ortodoxas (matemáticas, derecho, medicina, teología...), sin embargo el resto de conocimientos ancestrales fueros relegados al ostracismo, o al menos eso es lo que se intentó.
Todo aquello que fue apartado, encontró refugio en la penumbra de una red de truculentos túneles que recorren el subsuelo de la ciudad, y que confluían en lo que se denominaba la Cueva de Salamanca.
Así pues, mientras a lo largo del día se impartían las materias ilustradas, durante la noche las ciencias ocultas se avivaban a la luz de las velas en la citada cueva, justo debajo de la iglesia de San Cebrián o Ciprián (precisamente el santo patrón de la magia). Allí se impartían, a un reducido grupo de 7 temerarios alumnos, clases de astrología, adivinación, demonología, nigromancia y otras ciencias apartadas. Todo aquello quedó en clave de leyenda durante siglos hasta hoy día, pues la Reina Isabel la Católica selló la entrada a los túneles, al contravenir totalmente dichas actividades su “programa político”, más orientado a la religión como el pseudónimo de esta reina indicaba. No obstante, no hace mucho, un conocido programa de televisión y radio dedicado al misterio pudo acceder incluso a los citados túneles, revelando la veracidad de su existencia.
Salamanca se consideraba por entonces uno de los centros mundiales del ocultismo, y dentro de las actividades mágicas era frecuente utilizar a las salamandras, al serle atribuidas popularmente poderes maléficos o místicos, ya que se creía que nacían del fuego.
Por semejanza fonética y semántica las palabras Salamanca, salamandra y mántica (adivinación) dieron lugar a varios términos, entre los cuales se encuentra salamanquesa, animal confundido frecuentemente por el pueblo con la salamandra. La salamanquesa quedó desde entonces marcada con un halo mágico del cual hace gala su nombre. Se decía por ejemplo que eran capaces de contaminar el agua de los pozos en los que bebían, pues se las creía venenosas.
Recuerdo también que de pequeño “jugábamos” a hacerlas caer de las paredes. Para ello usábamos rústicas escopetas de madera que lanzaban una goma tensada, siendo el improvisado gatillo una pinza de tender. En aquellos juegos siempre había alguna avezada vecina indicando que, si te escupían en la cabeza, te quedabas calvo. Por mucho que intentaran vengarse de los gomazos, no creo que estas lagartijas tengan nada que ver con la alopecia androgenética, tampoco recuerdo que ninguna me escupiese, aunque por el momento toco madera.
Salamanquesa común o Tarentola mauritanica |
Evidentemente todo ello es fruto de las creencias populares o leyendas urbanas, pues las salamanquesas nada tienen que ver con las fuerzas ocultas o sobrenaturales, no obstante, sí hay otro tipo de fuerzas de carácter universal de las que sacan provecho: las Fuerzas de Van der Waals. Aunque su nombre nos sugiera otra cosa, no se trata de ninguna película de ciencia ficción ni del nombre de un futbolista de actualidad de Holanda, sin embargo en cierto modo sí de una mezcla de ambas cosas, pues Van der Waals fue un renombrado científico holandés de finales del XIX y principios del siglo XX.
Y ¿qué tiene que ver este señor, premio Nóbel entre otras cosas, con una lagartija que disfruta correteando por paredes, techos y fachadas de las casas? Pues precisamente eso, la capacidad de trepar por cualquier sitio que tienen estos animales. Seguramente no nos hayamos parado a pensar nunca cómo hacen para sujetarse a las paredes. Lo primero que se nos ocurre es que se agarran a las pequeñas irregularidades, pero esta teoría se viene al traste cuando las ves moverse por un cristal. ¿Ventosas? No, no tienen de eso. El secreto reside en las citadas fuerzas.
El consagrado Nóbel reveló la existencia de fuerzas de atracción a nivel de átomos y moléculas que tenían su origen en la cargas eléctricas de los átomos (electrones con carga negativa girando alrededor de un núcleo positivo). De forma simplificada, para que todos podamos entenderlo, en átomos y moléculas se forman polos positivos y negativos, bien de forma permanente o temporal debido al movimiento de electrones, y claro está, todos hemos escuchado alguna vez aquello de que los polos opuestos se atraen. Eso sucede a nivel molecular y se establecen fuerzas intermoleculares que hacen que éstas se atraigan, son fuerzas mucho más débiles que las que hacen que la materia esté unida pero que también tienen su importancia.
Los gecos, vocablo que designa a la familia a la que pertenecen estas lagartijas, cuyo nombre proviene del sonido que emite un geco de Malasia similar a pronunciar “gekko”, ya utilizaban estas fuerzas mucho antes de que se instaurara el premio Nóbel. Todos ellos han desarrollado en la palma de sus patas unas estructuras microscópicas en forma de pelillos o fibras, que al ponerse en contacto con cualquier superficie interaccionan con las moléculas de las mismas mediante las fuerzas de Van der Waals, y aunque éstas son muy débiles, como hay miles de estas estructuras, la suma de todas las fuerzas proporciona una gran adhesión por atracción. La fuerza adquirida es tal que para despegar las patas, lo deben hacer progresivamente, igual que cuando se despega una pegatina.
Esta capacidad de sujeción les ha permitido adaptarse a la vida urbanita, por lo que es frecuente que alguna se cuele de vez en cuando en el interior de la casas. En cierta ocasión, una se aventuró en un piso de estudiantes donde estuve un periodo viviendo. Aunque inofensiva, su excesivo tamaño nos causó repelo a todos, por lo que de inmediato fue nominada para su expulsión. La tarea no fue nada fácil e involuntariamente terminó con el reptil cayendo al vacío por la ventana desde un cuarto piso, pese a la buena labor que ejercía devorando mosquitos. Contra todo pronóstico, cuando todo parecía perdido para el pobre animal, una de las patas rozó por un instante una cuerda de tender del patio interior. La lagartija hizo un giro con una sola mano cual gimnasta que aprovecha la inercia de la caída (yo diría que similar al que el deportista Jesús Carballo patentó a una sola mano en barra fija), quedando allí sujeta y escapando cuando se recuperó del fuerte susto. Semejante proeza es una muestra más de la capacidad de adherencia que tienen estos animales, algo que hoy en día la biomimética ya está aprovechando para construir adhesivos que utilizan el mismo diseño de las diminutas fibras de sus dedos.
Como es lógico, hoy ya no me dedico a lanzar gomas a las salamanquesas, mi actitud hacia ellas hace tiempo que cambió y desde que descubrí el porqué de aquella acrobacia, sólo puedo sentir admiración su increíble uso de la ciencia. Así que, la próxima vez que me cruce con ellas, sólo les dedicaré tiempo para alguna foto y un pensamiento: “Que la fuerza (de Van der Waals) te acompañe”.
Escrito en julio de 2008 en Morón de la Frontera
Salamanquesas: El geco y las fuerzas de Van der Waals por Kamereon se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported. Basada en una obra en www.almabiologica.com.
Escrito en julio de 2008 en Morón de la Frontera
Salamanquesas: El geco y las fuerzas de Van der Waals por Kamereon se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported. Basada en una obra en www.almabiologica.com.
Magnífico interesante y bien escrito ¡¡bravo!! Da gusto encontrar cosas así en internet
ResponderEliminarA quien quiera que haya puesto este comentario (al igual que el que han hecho en el artículo "La araña del rincón"), gracias de corazón, palabras así animan bastante a seguir con este blog altruista
EliminarMe ha encantado el post por cómo lo cuentas y por esa pequeña porción de la historia de Salmanca la cual desconocía.
ResponderEliminarHoy precisamente he escrito una breve entrada sobre estos animales en mi blog y aprovecho para dejar enlazado este post.
¡Gracias por tu trabajo!
son venenosaas una callo en una sopa y murieron todos los que tomaron la sopa
ResponderEliminarAcabo de descubrir este maravilloso post y tu blog y me parece una pasada. Enhorabuena por tu buen hacer. Me sigo dando una vuelta por aquí, porque creo que me va a encantar lo que encuentre. Larga vida a las salamanquesas! ;)
ResponderEliminarVaya elogio Carlos, así es difícil no ponerse a escribir casi de inmediato
EliminarHola:
ResponderEliminarMuy interesante. Me ha gustado y he aprendido. Creo que lo enlazaré a uno de mis blogs. Saludos y muchas gracias.
Felicidades por el blog, y la gracia en explicar. En catalunya se llaman dragonets ( dragones pequeños) y la creencia que se comen la ropa está muy extendida, por lo que mucha gente los mata. Sin saber que estos dragonets lo que hacen es comerse las larvas de una mariposa nocturna que, estas sí, se alimentan de algodón ( i de todo un poco). Aunque veo que no es nuevo este post, me ha encantado, así que muchas felicidades.
ResponderEliminarMuchas gracias Silvia, comentarios como este me animan a escribir de vez en cuando, cosa que últimamente he abandonado un poco la verdad.
EliminarSi te gustó el estilo también te gustará este otro:
http://www.almabiologica.com/2012/05/lluvia-de-sapos.html?m=1
Saludos
Así como cuando te mandan a leer un post de un blog para la clase de química del BI. Muy bueno. Desde hoy seguiré este blog, porque la verdad es que la manera en la que escribe es muy llamativa, entretenida e informativa. Saludos desde Ecuador.
ResponderEliminarGracias. Si te gustó la forma de escribir te recomiendo uno de mis favoritos:
Eliminarhttp://www.almabiologica.com/2012/05/lluvia-de-sapos.html?m=1
Gracias.
ResponderEliminarEstudiando la larga cadena de polímeros del ADN y las fuerzas de Van der Waals que le sirven de unión, me ha servido para entenderlas mejor y desconectar un rato.
Cada vez me gusta mas la Ciencia por estas pequeñas, pero importantes cosas.
Gracias de nuevo.
Es un placer leerte, te he encontrado buscando la planta "Matagallo" y de ahí de una cosa a otra ni sé el tiempo que llevo metida en tu página, haces una historia de cualquier planta o animal y en la historia enseñas física, química, medicina etcetc y de esa manera creo que eres capaz de interesar a la persona más desinteresada, estoy deseando que crezca mi nieta para enseñarle lo que aprendo de ti.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Rosario, los halagos son siempre un regalo. Ya hace tiempo que no escribo en el blog, un día de estos volveré, pero puedes seguirme en facebook buscando Alma Biológica
EliminarSaludos
Leí que si tuvieramos este me anismo en la mano, podriamos levantar unos 200 Kg...
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