domingo, 4 de noviembre de 2012

Si el alicante viera



Tomo aire y me sumerjo por un instante en el mundo de la mitología y el folclore popular, para hablar de un animal que no sabría si calificar como real, mitológico o simplemente extinto.

Su nombre puede variar según la zona: alicántara en algunos sitios, saetón en otros, lucero, eslabón… aunque por la zona sur es más común denominarlo alicante. Nombres todos ellos distintos, pero que pertenecen más que probablemente a un único espécimen.

Los dichos y leyendas sobre el mismo son del todo variados, no hay más que navegar un poco en internet y encontrar en la red referencias sobre una serpiente con pelos que habita en nuestros montes. Igualmente, a nada que buceas un poco en el conocimiento campechano, cualquier persona de cierta edad, incluyendo la mía, que haya trasteado por el campo, ha oído hablar de ella.
La primera ola informativa llega del refranero popular, que nos pone en la antesala sobre la existencia y aparente peligrosidad de este escurridizo animal: «Si el alicante viera y la víbora oyera, no había hombre que al campo saliera», o, «Si te pica un alicante, busca un cura que te cante», son sólo algunas de las muestras de que “algo”, a lo que se le tenía un verdadero respeto, es conocido desde hace cientos de años.

Pero también las referencias pueden llegar a tener cierta entidad, ya que es mencionada en el diccionario de la Real Academia Española, el Diccionario de Autoridades creado en 1726. En él, es descrita como una feroz culebra grande, gruesa, fuerte y mortalmente venenosa.

Estracto del Diccionario de Autoridades de la RAE

Trataré de dejar de lado ciertas capacidades sobrenaturales atribuidas a esta especie de reptil. A pesar de haberlas escuchado directamente de alguno de sus protagonistas, no haría otra cosa que levantar el vuelo del escepticismo al hablar de la posibilidad de dar grandes saltos, emitir sonidos parecidos a un cacareo, hipnotizar o paralizar a pajarillos y otras víctimas, beber leche directamente de las ubres de las vacas o incluso de madres lactantes, con el añadido adicional de que el animal metía la cola en la boca al crío para acallar su llanto, provocando en éste un ennegrecimiento de la misma y un progresivo estado famélico día a día.

Algunas imágenes en las iglesias representan
a la serpiente amamantándose


No obstante, el arraigo de estas supuestas cualidades es tal, que en incluso hicieron mella en mi familia. Criada en parte en un caserío del campo, llegaron a pensar que el escuálido estado de uno de mis padres junto a lo amoratado de sus labios, podían tener su origen en la intervención de uno de estos reptiles. Algo que fue evidentemente descartado con posterioridad, pero, temerosos, hasta les llevó a esparcir afrecho (la cascarilla sobrante al aventar trigo) para descubrir así la huella que dejaba el posible intruso. Aunque en más de una ocasión las serpientes hicieron acto de presencia en aquella vivienda, algo habitual en este tipo de hogares, no hizo falta rogar al cielo y aquel extraño incidente pasó sin consecuencias, sino, no existiría este artículo.

Hasta aquí llega parte de lo leído, oído y vivido, que conforman el concepto de un animal a caballo entre la superstición, la exageración y el desconocimiento. Respecto a su existencia o no, la sombra de la duda sobrevuela alrededor del mismo, pero la balanza puede ser fácil de inclinar hacia uno u otro lado.

De una parte para algunos no sería complicado desacreditar los dichos o historias contadas por los abueletes de antaño, justificando las mismas como equivocaciones e ilusiones de quienes dejaban volar la imaginación hasta dar forma a leyendas rurales que han llegado hasta hoy.

No faltan tampoco los argumentos “científicos” que se intentan dar a la situación, justificando que realmente se trata de otro animal, confundido por su descubridor con culebras bastardas, culebras de escalera, víboras hocicudas, culebras de herradura… Inclusive se ha llegado a lanzar al aire una explicación que se me antoja más que rebuscada, tratando de esclarecer que la serpiente peluda no era más que un grupo de meloncillos (mangostas), cuya forma de desplazarse en hilera terminaba por engañar a alguno de los supuestos inocentes aldeanos.

Por otro lado, si indagas un poco por el pueblo, cazadores, olivareros y prácticamente toda la gente de campo en general, ha oído hablar de él o tiene alguna historia al respecto. Pues la atractiva idea zoológica de revelar a un animal de tales características aún no descubierto por la ciencia puede seducir a cualquiera.

Por mi parte, no pretendo arrojar más de luz sobre este tema, tampoco tengo necesidad de justificar su existencia, o echar por el suelo cualquier relato y demostrar que se trata de otro animal buscando o forzando similitudes, aspecto este que muchas veces resulta inevitable cuando me han descrito al enigmático alicante. Tan sólo voy a poner los pies en tierra, exponiendo lo que me han contado a mí en primera persona.

En el plano personal, la primera vez que oí hablar del él fue tras un encontronazo con una culebra negra de más de dos metros. Después de otros cuatro tropiezos y hasta no hace mucho, pensaba que aquel era el alicante, no como ser de fábula, sino como un animal terrenal más cuyo nombre vulgar era ese. No ha sido hasta iniciarme en mis aventuras zoológicas, cuando, al buscar el verdadero nombre de aquella serpiente, he redescubierto al místico alicante. Respecto a la oscura serpiente, a pesar de que su color me tiene despistado, por descarte y longitud de la misma, estoy casi convencido de que se trataba de la culebra bastarda. Sin embargo, no es ella la protagonista, pues hay una característica que, de ser cierta, haría único al alicante entre los seres terrestres: el hecho de tener pelos.

El primer testimonio directo y de confianza se encuadra justo al lado del peñón de Zaframagón, lugar en el que, hace unos 60 años, vivió de pequeño un compañero de trabajo de mi padre. Próxima al peñón, se encontraba la fuente de Monturque, un manantial que fluía justo al lado del río que desciende entre los tajos del mismo peñón. Fue en la fuente donde aquel crío junto a un amigo, divisaron a un ser de llamativas características para ellos, pese a estar acostumbrados a todo tipo de animales del campo. El principal elemento que lo diferenciaba era algo parecido a pelos o cerdas que sobresalían por encima de la cabeza a ambos lados, no muchos cinco o seis casi del mismo color de la piel, rubios como me decía el testigo. El animal tenía algo más de un metro, de color marrón claro, grueso por igual a lo largo de su cuerpo y como la muñeca de una mano, pero con una cola que se estrechaba bruscamente sin acabar en punta, como un pulgar.

El peñón de Zaframagón con buitres volando a su alrededor

El río Guadalporcún cruza por el peñón de Zaframagón


El antiguo molino de agua cerca de la fuente de Monturque

Atento a sus palabras, lo primero que se me vino a la cabeza es buscar cierta similitud con los eslizones y lisos, lagartos sin patas parecidos a serpientes que se entierran en la arena. Sin embargo el tamaño descartaba a cualquiera de ellos. También el eslizón tridáctilo, con unas pequeñas patitas delanteras, podía ser el causante de aquella visión, y sus patas confundidas con las rubias cerdas. No, no eran deditos lo que aquel hombre vio allí. Aquel “alicante” estuvo rondando por aquella fuente un tiempo y fue avistado por otras gentes del lugar, pero nunca capturado.

Chalcides striatus o eslizón tridáctilo
Foto extraída de Wikipedia (autor: Vincent Cosne)

La experiencia de una tía mía es también destacable: recolectando garbanzos con su hermana, tal como suena, en una pequeña siembra que habían hecho para su propio consumo, habían visto ya varias veces como algo parecido a una bicha las esquivaba. Hasta que en cierta ocasión la huída de aquel ser lo llevó a una grieta creada por la sequedad del terreno, en la que quedó con medio cuerpo encajonado, lo que hizo que pudieran rodearlo con un alambre hasta acabar con ella. La descripción morfológica volvía a coincidir, aunque en este caso de un color más grisáceo y esta vez con dos tiras negras en el lomo. Al preguntar si dichas marcas eran cerdas de pelos o no, no pudo asegurarme tal detalle, ya que de ello hace también más de 60 años. Nuevamente me vino otro animal parecido a mi mente; la culebra de escalera, de la cual le enseñé alguna foto, pero la forma de aquel animal no se correspondía en nada en grosor y con un corto rabo acabado también de forma gruesa. El infortunado animal terminó por servir de artículo de broma en uno de los caminos vecinales entre cortijos, en el que las dos ingenuas chiquillas depositaron un impresionante reptil, asustando tremendamente a un vecino, que fue el que finalmente las advirtió del peligro que habían corrido, pues según él, aquello no era otra cosa que el temido alicante.

La culebra de escalera podría ser confundida con el alicante

Tras el relato, a la salida de su casa, continuamos hablando del tema, preguntándole a un vecino si sabía también del animal. Éste, con ingredientes parecidos a los anteriores, sumó una historia más a otras que dejaré en el tintero.

Mi visita a las proximidades de la fuente de Monturque,
situada casi  bajo la vía férrea paralela al peñón y por la
que ahora cruza la recomendable Vía Verde de la Sierra
Para cerrar el relato, he recorrido alguno de los lugares descritos con la vaga esperanza de encontrar al extraño alicante, o cuando menos ver a mi culebra negra, podría decir que me he movido por agua, cielo y tierra en la redacción del artículo. Sin embargo, el ser de leyenda parece haberse esfumado hace décadas y respecto a “mi” serpiente, hace más de 20 años que no la he vuelto a divisar, pero está claro que, en cuanto la encuentre, recibirá su merecido… artículo.



Licencia Creative Commons
Si el alicante viera por Kamereon se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported. Basada en una obra en www.almabiologica.com.

13 comentarios:

  1. ¿Este alicante no tendría en su dieta como principal al gamusino?

    Supongo que tendrás constancia de este documento:
    http://www.lacasadelarbol.es/4AAS.pdf

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  2. Como siempre, muy entretenido y muy buenas fotos.

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  3. Muy bueno Julio. Por supuesto que conozco al gamusino (soy de pueblo!!) y sé que pagaban muy bien por ellos, jeje. Aunque nunca fui de caza, pero sí les tocó hacerlo a algún que otro amigo mío ávido de dinero en los 80, alguna hitorieta tengo al respecto....

    También conocía el documento

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  4. Me ha gustado mucho tu forma de escribir, ¿sigues elaborando el blog?

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    1. Hola, sí, sigo elaborándolo aunque estos últimos meses estoy poco prolífico. Pero ayer mismo publiqué uno nuevo de los perros. Hacía ya tiempo.

      Para cosas más cortas puedes seguirme también en Facebook, ahí voy de semana en semana poniendo cosillas. Busca Alma Biológica.

      Gracias por el halago.

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  5. por favor quisiera su correo electrónico para contactar con usted como esperto.
    En los 70 y 80 ya los manaors de las acequias de agua comentaban haber visto una bicha descomunal de grandes dimensiones, entre ellos la llamaban la pepa por los años 80. En los 90 en la zona vimos en la casa de campo una de 3 m de largo y anchura de tamaño de una botella de litro y medio de agua, AHORA HEMOS VISTO UNA DE 5 METROS DE LARGO, NEGRA CON PELOS Y DE ANCHURA DE UNA BOTELLA DE 4 LITROS DE AGUA.
    ESTAMOS ATERRADOS

    Hemos visto una serpiente negra con pelos de unos 5 metros y como una garrafa de 4 litros de ancho.

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    1. Buenas, mi correo es almabiologica@gmail.com
      No soy ni mucho menos un experto, pero sí un aficionado con interés en todos estos temas. En cualquier caso puede escribirme y ya veo como pedo ayudarle.
      La serpiente es igual de ancha por todos lados? Puede que haya comido algo, algún conejo o cualquier cosa y de ahí el grosor.
      De todas formas ese tamaño no es normal para serpientes de España, puede que sea alguna exótica que se le haya escapado a alguien.
      Lo suyo sería una foto.
      Aquí estoy a su disposición para cualquier consulta y disculpe por el retraso en responder.

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  6. Nunca ha atacado a personas, pero si desparecen ratas, gatos, perros ... Puede ser la misma de años atrás? Es venenosa? puede atacar a personas?
    Salio al anochecer

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  7. aumque parece mentira estaba yo hace unos 20 años en la playa en tarifa en las dunas de bolonia iba paseando por la playa a esto que me entran ganas de hacer de cuerpo y claro me retiro de la playa y me adentro en la dunas de arena a esto que termino de hacer de cuerpo y escucho un ruido y digo yo sera una vaca y era serpiente muy negra mas gorda que mi brazo con dos manos delante los ojos como los de un pequines y con unas cerdas en la cabeza esto es verdad pues se quedo parada en lo alto de una duna y desde entonces la tengo draba en mi mente

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    1. Hola Claudio, en que año te ocurrió eso? Saludos

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    2. hola soy claudio esto paso sobre el año 1985
      1986 mas o menos

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  8. Respuestas
    1. Pues son épocas. Estuve unos años escribiendo casi mensualmente. Mantener una línea de publicación constante requiere mucho tiempo. Ahora estoy en otra etapa vital, más focalizada aún hacia la actividad en la naturaleza directamente, y a intentar conseguir proteger ambientalmente una buena parte del sitio donde vivo (conseguir que sea un Paisaje Protegido), mucho trabajo de campo y documentación. Pero no quise cerrar el blog, me.ha traído muy buenas cosas. En definitiva, menos tiempo que antes para escribir y el que tengo focalizado al ámbito científico.

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